El próximo viernes se cumple un año de las últimas elecciones municipales y autonómicas. Un año en el que se han producido muchos cambios. Los “necesarios”, o al menos así lo anunciaron quienes hoy nos gobiernan.
Lo cierto es que en esta batería de acciones emprendidas por la nueva política, no son pocos los palos que PSPV y Compromís, apoyados por Podemos, han puesto en la rueda del desarrollo. Aquella que hace un año rodaba sin trabas encaminada a poner la puntilla a una crisis que habían generado graves dificultades en las familias. Dramas que venían a rescatar las coaliciones y pactos que hoy nos gobiernan.
Pero los dichos, en ocasiones, se quedan en meras palabras. Titulares de prensa. Los mismos que anunciaron rescates y hoy provocan recortes. El de la sanidad pública de Castellón, que la consellera socialista de Sanidad, Carmen Montón, se empeña en laminar. Disciplinada, Montón ha cerrado el banco de sangre de Castellón, ha pretendido desmantelar el CICU y ha provocado ceses en el Hospital General. Una eficacia contrastada que le ha permitido promocionar en Madrid, al amparo del equipo ¿del cambio? de Sánchez.
Y mientras el PSPV se emplea en Sanidad, Compromís hace lo propio en sus carteras. Con un ataque frontal a la libertad de elección educativa de las familias, la que ha permitido que en Burriana más del 50% de la población escolar acuda a la concertada, Vicent Marzà se empeña en mermar los derechos ciudadanos mientras su líder, Mónica Oltra, cierra residencias.
Lo hacen quienes venían a salvar personas, los que iban a aplicar el rescate social. Los mismos que niegan fondos directos al Banco de Alimentos, Cáritas o Cruz Roja. Los dichos, que nada tienen que ver con los hechos.