Para ello, he planteado que el nuevo convenio que la coalición de gobierno elevará al debate plenario del próximo lunes debería contemplar la materialización de un proyecto realista y ambicioso. Si es necesario ejecutarlo por anualidades, es oportuno hacerlo, porque al final el resultado será beneficioso para todos los vecinos.
En este sentido, lo oportuno sería que Compromís-Podemos, que fue tan vehemente y beligerante con la necesidad de ejecutar una reforma integral de la vía, mantenga esa postura de exigencia para la vía. Si lo hace, y le insta a su compañero de gobierno a que sea más reivindicativo en la inversión para la carretera, toda Burriana ganará.
En nuestra etapa se suscribió un protocolo que, efectivamente, no se llegó a ejecutar. Sin embargo, ahora que se plantea un nuevo convenio, del que no conocemos plazos de ejecución ni compromisos de financiación, creemos que no hemos de ir a mínimos, sino a máximos cabales y con sentido común. Porque como representantes públicos estamos en la obligación de reclamar lo mejor para nuestros vecinos y, si tenemos la oportunidad de sentar unas nuevas bases, no lo hagamos desde un acuerdo de mínimos.
Así las cosas, en el próximo pleno del lunes propondré la posibilidad de ejecutar la obra por fases, de modo que los 480.000 euros que debe financiar la Generalitat Valenciana, a los que se sumarán otros 480.000 euros aportados por el consistorio, permitan lanzar un primer tramo de remodelación de la vía. Una primera fase a la que den continuidad otros tramos que completen una reforma que sea la que Burriana merece.
